Los Mercados y Calles Más Antiguos de Europa: ¡Un Viaje en el Tiempo!

Los Mercados y Calles Más Antiguos de Europa: ¡Un Viaje en el Tiempo!


Descubre los mercados más antiguos y las calles históricas de Europa en 2025 con 13 años de experiencia viajera. ¡Sabores locales, cultura y rincones secretos te esperan!

Recorrer Europa no se trata simplemente de tomarse fotos frente a monumentos turísticos. El verdadero descubrimiento comienza al sumergirse en las estrechas calles adoquinadas que transmiten el espíritu de la ciudad y perderse entre los puestos del mercado, cuyos aromas no han cambiado en siglos. Lo que realmente me cautivó fueron esos lugares olvidados por el tiempo, pero donde aún se susurran historias.

Imaginen esto: con una taza humeante de vino caliente especiado o un pastel recién horneado en la mano, pasean por un mercado medieval. Mientras un vendedor anciano detrás de su puesto les cuenta la receta que le fue transmitida por su abuela, el sonido de los músicos callejeros que proviene de los callejones completa la atmósfera. En este artículo, compartiré con ustedes los mercados más antiguos y las calles históricas que descubrí durante mis 13 años de viajes, lugares que rara vez aparecen en folletos turísticos, pero que tienen alma. ¡Si están listos, entremos en la máquina del tiempo!

1. Striezelmarkt – Dresde, Alemania

El famoso mercado navideño de Dresde, el Striezelmarkt, es una tradición que continúa ininterrumpidamente desde el año 1434. Siendo uno de los mercados navideños más antiguos de Europa, este lugar les cautivará no solo con su iluminación encantadora y el gigantesco árbol de Navidad, sino también con su atmósfera histórica.

Aquí, el aroma del dulce conocido como “Striezel” invade sus narices en cuanto pisan la calle. Mientras caminan entre los aromas de canela, jengibre y vainilla, y saborean su vino caliente, se sentirán transportados a una noche navideña medieval. Pero recuerden, ¡el mercado no es famoso únicamente por sus dulces! Aquí también deben probar el renombrado bizcocho de frutas, el Dresdner Stollen. ¿Sabían que la receta de este bizcocho no ha cambiado en más de 500 años y que, en el pasado, se producía exclusivamente para familias reales?

La parte más fascinante del mercado son los juguetes de madera hechos a mano y las pirámides iluminadas en Altmarkt. Estos juguetes, elaborados por maestros de la región del Erzgebirge, son una forma de arte transmitida de generación en generación. Si vienen aquí, no se marchen sin llevarse un pequeño recuerdo de madera, fabricado a orillas del Elba, para sus seres queridos.

Personalmente, la primera vez que vine aquí, deambulé durante horas con una taza de vino caliente en la mano, al punto de sentirme, por un momento, como el “hermano perdido de Hansel y Gretel”. Si, como yo, tienen la tendencia de perderse en los mercados navideños, ¡las enormes decoraciones de pan de jengibre les marcarán el camino!

2. Rua da Judiaria – Lisboa, Portugal

El barrio de Alfama en Lisboa ya transmite una sensación de viaje en el tiempo con sus estrechas calles, balcones colgados de ropa colorida y los antiguos tranvías. Pero la escondida Rua da Judiaria es un mundo completamente diferente, tanto por su historia como por su atmósfera. Esta estrecha calle, donde en el siglo XV los comerciantes judíos establecieron un mercado, conserva hasta hoy su carácter histórico, vibrando con jabones artesanales, oficios tradicionales y delicias locales. Si desean alejarse de las calles turísticas de Lisboa y sentir realmente el alma de la ciudad, este es el lugar perfecto para ustedes.

En cada rincón de la Rua da Judiaria se esconde una historia diferente. Los mercados judíos que se establecieron en esta calle durante la Edad Media no solo eran lugares de comercio, sino también puntos de encuentro donde las comunidades se reunían, conversaban y vivían la vida intensamente. Hoy en día, anticuario, pequeños talleres y fabricantes de jabones tradicionales mantienen viva esa herencia histórica. Al pasar, el aroma a lavanda, azahar y limón les recordará el legado inmutable de Lisboa.

Cuando llegué aquí por primera vez y observaba los jabones artesanales de una anciana en un puesto, me contó que había aprendido la receta de su abuela. Hasta el día de hoy, el aroma de ese jabón visita mis sueños. Lo mejor de todo es que, junto con ese perfume, se quedó grabada en mi memoria la atmósfera histórica y acogedora de Lisboa.

La Rua da Judiaria también acoge los recodos secretos del fado lisboeta. Si pasan por esta calle al atardecer, podrían escuchar una canción de fado, melancólica pero encantadora, proveniente de detrás de una ventana. Sentarse en uno de los pequeños cafés, degustar un tradicional café portugués, la Bica, y escuchar los susurros del pasado es como un verdadero viaje en el tiempo.

3. Marché de la Batte – Lieja, Bélgica

El mercado al aire libre más grande de Bélgica, el Marché de la Batte, se celebra desde el siglo XVI a orillas del río Mosa. Pero este no es solo un mercado: es también el corazón social de Lieja. Cada domingo por la mañana, los locales, agricultores y viajeros curiosos se reúnen en este bullicioso mercado. Si llegan temprano, podrán ver cómo los belgas hacen sus compras y comprender que un mercado es mucho más que un simple lugar para comprar y vender. Aquí, el regateo es un arte, y si conversan amablemente con los vendedores, quizá les obsequien un trozo extra de queso o una fruta adicional.

Uno de los descubrimientos más deliciosos aquí son las papas fritas recién hechas, una de las mejores delicias callejeras de Bélgica. Aunque a los belgas les gusta comerlas con abundante mayonesa, también pueden probar diversas salsas. Pero no se trata solo de las papas fritas: los quesos locales, especialmente el queso Herve, también son muy populares. Este queso tiene un aroma algo intenso, ¡pero su sabor es increíble! Si se sienten aventureros, prueben una gaufre de Liège en una cafetería local, acompañada de un café. Esta gaufre, dulce y con un exterior ligeramente caramelizado, es mucho más intensa y saciante que su versión de Bruselas.

Otro aspecto fascinante del mercado es la histórica calle conocida como Rue Puits-en-Sock. Con sus estrechos y sinuosos callejones, enclavados entre antiguos edificios de piedra, encontrarán pequeñas boutiques, anticuarios y librerías de segunda mano. Al pasear, no podrán evitar preguntarse: “¿Quién habrá transitado estas calles en el pasado?” Una vez, mientras pasaba con una gaufre en la mano, casi me metí en una tienda, y un señor belga a mi lado se rió y dijo: “¡En Bélgica, eso es una prueba!” Claramente, todos aquí han tenido esa experiencia al menos una vez.

4. Mercado del Casco Antiguo de Plovdiv – Bulgaria

Plovdiv, uno de los asentamientos continuos más antiguos de Europa, transporta a sus visitantes en un viaje a través del tiempo con su encanto histórico. El barrio de Kapana de la ciudad es famoso por sus calles de piedra que datan de la época otomana, por sus galerías de arte coloridas y por su mercado tradicional. No es simplemente un espacio de mercado, sino un barrio que vive a través del arte, la gastronomía y el patrimonio cultural. “Kapana” significa “trampa” o “laberinto”, lo que quiere decir que realmente pueden perderse mientras pasean por aquí.

Mientras recorren el mercado, podrán admirar tanto los productos artesanales de los lugareños en las estrechas calles como descubrir la cocina tradicional búlgara. Cerámicas hechas a mano, alfombras tejidas y joyas de plata se encuentran entre las piezas únicas que reflejan el patrimonio cultural de la región. Cuando vengan aquí, no olviden sentarse en uno de los cafés de piedra que han sobrevivido desde la época otomana y pedir una taza de “café turco”. ¡No sería sorprendente que alguna señora leyera su futuro en la poso del café!

En lo que respecta a la gastronomía, el mercado de Kapana es un verdadero tesoro. Existe un pastel llamado Banitsa, preparado con capas de masa fina intercaladas con queso blanco y yogur, un deleite indispensable para el desayuno. Y si desean algo dulce, no dejen de probar el postre “rahat”, similar al lokum, o los dulces horneados rellenos de miel y nueces que se venden en las panaderías. Mientras pasean por los callejones de Kapana, los aromas invitadores que emergen de las pequeñas vitrinas de las panaderías les invitarán a entrar.

Personalmente, mientras deambulaba por aquí, me encontré con un anciano búlgaro que sostenía cucharas de madera finamente talladas. Me ofreció una y dijo: “¡Dásela a tu nieto!” Me reí y le di las gracias, pero no tengo nietos; ¡la cuchara sigue conmigo! Plovdiv se recuerda no solo por su belleza histórica, sino también por la calidez de su gente.

5. Via del Governo Vecchio – Roma, Italia

Al explorar Roma, todos conocen el Campo de' Fiori, pero si realmente desean descubrir una calle histórica romana, adentrense un poco más y pisen la Via del Governo Vecchio. Esta estrecha calle empedrada, que data del siglo XV, fue en su día un lugar en el que se celebraban antiguos mercados y en el que las tradiciones comerciales seculares de Roma cobraban vida. Hoy en día, ofrece una atmósfera impregnada de las huellas del tiempo, poblada de anticuarios, librerías, pequeñas tiendas vintage y vendedores locales de vino.

Mientras caminan por esta calle, podrán ver bolsos de cuero hechos a mano colgados en las vitrinas, antiguos medallones romanos y grabados que datan del siglo XIX. Si buscan auténticos diseños italianos, encontrarán los accesorios más exclusivos de Roma en los pequeños talleres. Además, los dueños de las tiendas suelen ser cálidos y conversadores; una buena charla puede hacerles descubrir historias de la Roma de antaño.

Pero la verdadera magia de este lugar comienza por la noche. Con el atardecer, los pequeños bares de vino trasladan sus sillas al exterior y, con el aroma del Chianti impregnando la calle, se sentirán como en una escena de una película italiana. Un día, mientras caminaba aquí con una copa de vino en la mano, un músico callejero me bromeó diciendo: “¡Este vino es mejor que yo!” Y tenía razón: el vino estaba bueno, pero las calles cargadas de historia de Roma eran aún más bellas.

En cuanto a la gastronomía, este es también un excelente refugio para aquellos que desean escapar de los locales turísticos. Aquí pueden disfrutar de una de las mejores pastas a la carbonara de Roma, en una pequeña trattoria. Si prefieren una pasta preparada con auténtico queso Pecorino Romano en lugar de un falso parmesano, opten por los locales. Y no olviden: prepárense para las miradas curiosas de la mesa de al lado mientras enrollan la pasta con el tenedor – “¡Mamma mia, estos turistas realmente no saben comer pasta!” Comer en Roma es, de verdad, un arte.

6. Targ Węglowy – Gdansk, Polonia

Gdansk es una de las ciudades más impresionantes y cargadas de historia de Polonia. Situada en la encrucijada de antiguas rutas comerciales, la ciudad se ha desarrollado a lo largo de los siglos como puerto e importante centro comercial. El Targ Węglowy, o “Mercado del Carbón” en turco, ha sido un punto de encuentro para comerciantes, marineros y viajeros desde la Edad Media. Pero no vengan aquí buscando sacos de carbón; a pesar de que el nombre se ha mantenido, hoy en día se realizan aquí mercados de antigüedades, eventos culturales y festivales estacionales.

La historia de este mercado se remonta a la Edad Media. En el siglo XIV, era uno de los principales centros comerciales de la ciudad, utilizado sobre todo para la venta de carbón importado de la región báltica. Actualmente, funciona como mercadillo en verano y como pista de hielo en invierno. Si vienen en verano, podrán visitar puestos que venden monedas históricas, libros antiguos, joyería de ámbar hecha a mano y objetos curiosos de la época soviética. Gdansk es conocida por tener algunos de los mejores yacimientos de ámbar del mundo, por lo que las joyas que encuentren aquí no solo son estéticas, sino también de gran valor.

En invierno, les espera una atmósfera completamente diferente. La zona del mercado se transforma en una gigantesca pista de hielo iluminada, y mientras las torres góticas de Gdansk se elevan al fondo, podrán disfrutar de una sesión de patinaje mientras saborean su chocolate caliente. Especialmente durante la temporada navideña, si visitan, encontrarán puestos de madera nostálgicos decorados con luces, que venden recuerdos artesanales y dulces tradicionales polacos.

Justo al lado del mercado se encuentra la Ulica Mariacka, famosa por sus tiendas de ámbar. Mientras pasean, verán cientos de piezas de ámbar brillar en las vitrinas. Algunas de estas piedras datan de millones de años y pueden incluso contener pequeños insectos fosilizados. Sin embargo, tengan cuidado al comprar ámbar, ya que hay muchas imitaciones en el mercado. La mejor manera de reconocer el ámbar auténtico es por su ligereza y su textura cálida. Una vez, cuando le pregunté a un vendedor “¿Esto es ámbar o azúcar?”, se rió tanto que al final me regaló un pequeño trozo.

Si les interesa la arquitectura histórica, también pueden visitar el Castillo de Gdansk y la Puerta Dorada, situados justo al lado del Targ Węglowy. La arquitectura gótica y barroca de Gdansk convierte este lugar en un auténtico museo al aire libre. Un día, mientras paseaba por aquí, me sentí perdido en la historia. Con un pierogi caliente (un empanadilla polaca) en la mano, rodeado de torres góticas, calles empedradas y casas coloridas, percibí la verdadera magia de Gdansk: una perfecta fusión de historia, comercio y vida moderna.

7. Naschmarkt – Viena, Austria

El Naschmarkt de Viena, que existe desde el siglo XVI, es uno de los mercados más antiguos donde late el corazón tanto de la cultura culinaria como de la vida social de la ciudad. No es solo un mercado de frutas y verduras; ofrece un auténtico festín de sabores con algunos de los mejores quesos de Austria, pastelería recién horneada y especias exóticas. Si buscan una experiencia auténtica de la cocina local austriaca, este es el lugar para ustedes.

Lo más fascinante del mercado es que no solo acoge las delicias tradicionales austriacas, sino también una variedad de sabores culturales influenciados por las cocinas otomana, balcánica y del Medio Oriente. Temprano en la mañana, pueden comprar un Apfelstrudel fresco o unos Kipferl mantecosos (un pastel en forma de media luna) y disfrutar de su café, un ritual indispensable para los visitantes. Pero no olviden: los vieneses suelen tomar su café con leche y mucha espuma. Si piden un “café turco fuerte”, no se sorprendan si los vendedores les dicen: “¡Quizás un espresso sea más adecuado!”

Si desean complementar su comida con vino, el Naschmarkt es un verdadero paraíso. Aquí, los vinos locales austriacos, especialmente variedades como Grüner Veltliner y Blaufränkisch, son muy populares. Si quieren atreverse con una elección más audaz, pueden probar salamis húngaros y otras delicatessen cárnicas. Los salamis húngaros, condimentados con paprika, se encuentran entre los productos más vendidos y realmente valen la pena probarlos.

Pero en el Naschmarkt no se trata solo de comida; también encontrarán puestos que venden antigüedades, tiendas vintage y productos artesanales. Los sábados, cuando se instala el mercadillo de pulgas, el lugar se transforma en una verdadera cacería del tesoro nostálgico. Desde antiguas postales vienesas hasta juegos de cubiertos de plata históricos, hay muchas piezas interesantes para descubrir. Es un punto de encuentro tanto para viajeros como para los locales. Mientras paseaba, encontré una antigua caja musical y el vendedor me contó que en ella sonaban melodías de Mozart. Desde entonces, cada vez que visito el Naschmarkt me pregunto: “¿Qué tesoro histórico descubriré hoy?”

8. Hala Targowa – Cracovia, Polonia

Uno de los mercados más históricos y animados de Cracovia, la Hala Targowa es uno de los mejores lugares para experimentar el verdadero espíritu de la ciudad. Aquí podrán descubrir algunos de los sabores más singulares de la cocina polaca. En particular, el “Obwarzanek”, el bagel típico de Cracovia, se encuentra siempre fresco a cualquier hora del día. Este bagel, con su corteza crujiente y su interior suave, es el favorito de los locales. Disfrutarlo acompañado de una taza de té caliente o del tradicional café polaco es uno de los momentos más agradables de una mañana en Cracovia.

Pero la verdadera estrella de este mercado es el queso Oscypek. Este queso de oveja ahumado, procedente de la región montañosa de Podhale, es célebre tanto por su sabor como por su método tradicional de producción. Elaborado con leche traída de las montañas Tatra, se moldea en moldes de madera y se ahuma con leña, adquiriendo así su aroma único. Aquí podrán encontrar el Oscypek de mejor calidad que se vende en los mercados de Cracovia. Servido con mermelada de arándanos, este queso es uno de los sabores más icónicos de la gastronomía polaca.

En el mercado no solo se encuentra comida, sino también una amplia gama de productos auténticos, desde puestos de frutas y verduras frescas hasta cerámica artesanal. Si desean llevarse un recuerdo hecho a mano de Cracovia, las cerámicas tradicionales polacas y los manteles bordados que se venden aquí son una excelente opción. Los patrones tradicionales en rojo y azul reflejan el arte popular y el patrimonio cultural de Polonia.

Visitar este mercado a primera hora de la mañana es una de las mejores maneras de sentir el auténtico ambiente local de Cracovia. Cuando los puestos abren, escuchar las animadas conversaciones de los vendedores y hacer compras antes de que llegue la multitud es una experiencia realmente encantadora.

9. Mercado La Ribera – Bilbao, España

El Mercado La Ribera, el corazón palpitante de la cocina vasca, no es solo uno de los mercados cubiertos más grandes e impresionantes de Bilbao, sino de toda España. Construido en 1929, este edificio histórico se extiende por más de 10.000 metros cuadrados y, con cientos de puestos en su interior, es un verdadero paraíso gastronómico. Aquí encontrarán mariscos frescos, vinos locales, los famosos jamones españoles y quesos típicos de la región vasca.

Uno de los productos más famosos del mercado es el chorizo al estilo vasco y el queso Manchego. El chorizo es un embutido español intensamente condimentado y ligeramente ahumado, y aquí podrán encontrar la versión más fresca y sabrosa. El queso Manchego, elaborado con leche de oveja y que desarrolla distintos perfiles de sabor con el envejecimiento, es uno de los quesos más reconocidos de España. Si desean vivir una experiencia auténticamente vasca, compren ambos y disfrútenlos como aperitivo a la orilla del río.

Pero La Ribera no es solo un mercado; también cuenta con una zona gastronómica donde podrán degustar los tradicionales pintxos (tapas vascas) preparados por chefs locales. Los pintxos son pequeños, pero deliciosos bocados que se sirven generalmente sobre rebanadas de pan con mariscos, carne, queso y verduras. No se marchen sin probar especialidades como txangurro (pasta de cangrejo vasco), bacalao (merluza salada) y pimientos de Gernika (pimientos verdes fritos).

Otro aspecto encantador del mercado es su ubicación, justo a la orilla del río Bilbao. Después de hacer sus compras, pueden envolver sus manjares en papel, sentarse en un banco junto al río y disfrutar del paisaje. Al pasar un día aquí, sentirán que la cultura vasca no se compone únicamente de comida, sino también de personas y de una atmósfera especial. Si tienen suerte, incluso podrían encontrarse con músicos callejeros cuyos acordes de guitarra realzarán el encanto histórico de las calles de Bilbao.

10. Mercado de Pulgas de Södermalm – Estocolmo, Suecia

El Mercado de Pulgas de Södermalm en Estocolmo es uno de los mercados más fascinantes de Suecia para aquellos que desean sentir la cultura vikinga y la historia escandinava. En una ciudad donde el diseño moderno predomina, aquí podrán encontrar auténticos tesoros únicos: desde utensilios de cocina antiguos hasta joyas artesanales de los Sami, desde grabados del siglo XIX hasta muebles suecos antiguos. Incluso si no compran nada, conversar con los anticuarios y coleccionistas del mercado es, por sí solo, una experiencia reveladora.

Uno de los rincones más interesantes del mercado son los puestos que venden utensilios de cocina tradicionales suecos. Aquí encontrarán objetos auténticos, desde ollas que evocan la era vikinga hasta cucharas y cuencos de madera. En particular, los utensilios de cocina tallados a mano representan una tradición que ha estado presente en los hogares suecos durante siglos. Si les gusta regatear, aquí podrán adquirir artículos que transmiten verdaderamente la sensación de la época vikinga a precios razonables.

El Mercado de Pulgas de Södermalm también es rico en joyería antigua y piezas artesanales de los Sami. La cultura Sami es una de las más antiguas entre los pueblos indígenas del norte de Escandinavia, y sus accesorios de plata hechos a mano son tanto obras de arte como un patrimonio histórico. Pulseras grabadas en plata, collares con cuerda de cuero y accesorios fabricados con huesos de reno son solo algunas de las piezas únicas que podrán encontrar aquí.

Mientras pasean, no solo se encontrarán con objetos, sino también con historias del pasado de Suecia. Un vendedor me mostró un antiguo anillo vikingo y dijo: “Este anillo adornó el dedo de un guerrero hace cientos de años.” No sé cuán cierta sea la historia, pero simplemente tocar ese anillo fue como realizar un viaje en el tiempo. Si desean sentir la verdadera cultura escandinava y tocar el pasado, el Mercado de Pulgas de Södermalm definitivamente debe estar en su lista.

11. Marché Victor Hugo – Toulouse, Francia

Conocido como la capital gastronómica, el Marché Victor Hugo de Toulouse es uno de los mercados más prestigiosos no solo de la ciudad, sino de toda Francia. Este mercado cubierto, que existe desde el siglo XIX, es un paraíso donde los productores locales exhiben sus productos más finos, los chefs acuden a adquirir ingredientes frescos y los amantes de la buena comida se dejan llevar por las delicias culinarias.

Mientras recorren el mercado, no pueden dejar de probar el foie gras, una de las delicias más icónicas de la cocina francesa. El suroeste de Francia es reconocido como una de las mejores regiones productoras de foie gras, y los productos vendidos en el Marché Victor Hugo provienen de las mejores granjas. Si nunca lo han probado, algunos vendedores ofrecen pequeñas degustaciones. Acompáñenlo con una baguette crujiente y un vino blanco ligeramente dulce llamado Monbazillac para lograr una combinación perfecta.

Otra estrella del mercado es el queso Roquefort. Este queso francés de vetas azules y aroma intenso es especialmente apreciado por los gourmets. Si están en búsqueda de quesos, aquí también encontrarán famosos quesos del sur de Francia como Tomme de Pyrénées, Cabécou, Comté y Chabichou. Combínenlos con unas rodajas de higos secos o con nueces para obtener el aperitivo perfecto.

La atmósfera del mercado es, sin duda, un sueño francés. Al llegar temprano por la mañana, podrán observar cómo chefs y locales recorren los puestos seleccionando los productos más frescos. Los famosos tomates rosados de Toulouse, la carne fresca, las salchichas artesanales y los aceites de oliva se presentan en su forma más natural. Si les apasiona la cocina francesa, también podrán conversar con los vendedores y recoger consejos sobre recetas.

Por último, después de hacer sus compras en el Marché Victor Hugo, no olviden visitar los restaurantes en la planta superior. Podrán degustar los platos preparados por los chefs del mercado y descubrir lo mejor de la cocina de Toulouse. Si desean experimentar una de las mejores gastronomías locales de Francia, este mercado definitivamente debe estar en su lista.

Por Qué Deberían Visitar Estos Mercados en 2025

Si quieren descubrir la verdadera Europa, no basta con pasear por las avenidas famosas. Los mercados históricos y las calles antiguas son de los mejores lugares para sentir el espíritu de una ciudad. Estos lugares no son solo para ir de compras, sino puntos de encuentro donde las tradiciones, los sabores y los estilos de vida que han perdurado durante siglos confluyen.

Entonces, ¿cuál mercado es el adecuado para ustedes? Si desean respirar la atmósfera medieval y vivir el espíritu navideño, el Striezelmarkt de Dresde es perfecto para ustedes. Si quieren sumergirse en la cultura local y explorar callejones escondidos, la Rua da Judiaria de Lisboa los encantará. Si lo suyo es la gastronomía, el Marché Victor Hugo, el Naschmarkt o el Mercado La Ribera los llevarán a un viaje culinario. Y si buscan una experiencia de compras inmersa en la historia, el Targ Węglowy y el Mercado de Pulgas de Södermalm son los lugares que no pueden dejar de visitar.

El año 2025 es el momento ideal para conocer de cerca las culturas locales y contribuir a un turismo sostenible. Si desean alejarse de los puntos turísticos abarrotados de las grandes ciudades y conocer a gente de verdad, degustar sabores auténticos y escuchar historias genuinas, estos mercados son la elección perfecta para ustedes. ¡Recuerden que la mejor forma de conocer una ciudad es perderse en sus mercados!

Si algún día se encuentran en uno de estos mercados históricos, invítenme a tomar un café. Pero, por favor, ¡sin azúcar! No quiero ser el único en toda Europa en beber café dulce.

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Fecha de Publicación: 18 Mar 2025
 |  Autor: Europa Tips

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